Luna llena de junio 2017: la luna de la fresa

La llegada del mes de junio nos trae una luna llena muy especial: será por primera vez una miniluna. ¡Te contamos cómo verlo!

Alejandro Riveiro

Alejandro Riveiro

La llegada del mes de junio nos trae una luna llena muy especial: será por primera vez una miniluna. ¿La apreciaremos más pequeña?

VÍDEO: ASÍ LUCIÓ LA LUNA DE FRESA DE 2016

La llegada del mes de junio nos trae una luna llena muy especial. Solamente sucede una vez al año. Será una miniluna. Es decir, una luna llena que parecerá algo más pequeña de lo que es habitual durante el resto del año…

El viernes, 9 de junio, a las 15:09 (horario peninsular), la Luna alcanzará su fase de luna llena. En ese momento, será visible en el continente asiático y en Australia, pero permanecerá por debajo del horizonte tanto en Europa como en América. Así que tendremos que conformarnos con observarla en las tardes anterior y posterior al momento. A menos que suelas observar nuestro satélite con asiduidad, no notarás la diferencia pese a no verla en la hora exacta en la que entre en fase de luna llena.

Pero, ¿qué es una miniluna? La luna llena de julio 2017 va a coincidir con nuestro satélite en el punto más lejano de su órbita alrededor de la Tierra, al que llamamos apogeo. Es, simplemente, lo contrario a una superluna. Esta última sucede cuando la Luna está en fase de luna llena al tiempo que se encuentra en su punto más cercano a la Tierra, al que llamamos perigeo. Por lo general, el perigeo está a una distancia de 363.000 kilómetros, mientras que el apogeo está a 405.500 kilómetros.

El viernes, 9 de junio, a las 15:09 (horario peninsular), la Luna alcanzará su fase de luna llena

Si dibujamos una línea a través de los focos de esa elipse, tendremos el eje mayor de la elipse. En astronomía lo llamamos la línea de ápsides. Esa línea de ápsides va rotando en relación a las estrellas a lo largo de 8,85 años. Así que el perigeo y el apogeo no siempre coinciden con una luna llena o nueva. En ocasiones, el perigeo de la Luna coincide con la fase de cuarto creciente de nuestro satélite, y por eso no todos los meses tenemos superlunas o minilunas.

No será una diferencia significativa

Eso sí, no te dejes impresionar por el nombre. Que lo llamemos miniluna (o superluna para el caso) no quiere decir que su tamaño vaya a ser mucho más pequeño de lo normal. De hecho, la diferencia entre el tamaño que tendrá este mes de junio y el normal es prácticamente inapreciable excepto para los observadores profesionales. La diferencia entre una superluna y una miniluna es de 4 minutos de arco. Es una cifra muy cercana al límite de la diferencia que puede apreciar el ojo humano.

Es menos de la sexta parte del diámetro medio de la Luna. Así que la única manera de poder apreciar la diferencia sería comparando su tamaño con el que tenía hace unos meses, comparando ambas a la vez. Es decir, el hecho de que sea esta luna llena de junio 2017 vaya a ser una miniluna es interesante porque coincide con el punto más lejano de su órbita. No porque de repente nuestro satélite vaya a verse mucho más pequeño de lo normal.

Aunque no podremos ver el momento exacto en el que la Luna entra en fase de luna llena, sí podremos ver el momento en el que llega a su apogeo. Se producirá en la noche del 9 al 10 de junio, a las 0:22 (hora peninsular). Además, Saturno estará muy cerca. Se encontrará ligeramente a la derecha de nuestro satélite. Aunque Saturno es un objeto brillante en el firmamento, su brillo se verá disminuido por la luz reflejada en nuestro satélite.

La luna de fresa y sus muchos nombres

Como cada mes, la luna llena de junio recibía su propio nombre en diferentes regiones. Así, las tribus nativas de Estados Unidos la llamaban la luna de la fresa. Junio es el mes en el que las fresas salvajes (nativas de América) maduran. Los colonos europeos, desplazados a América, la llamaban la luna de la Rosa. Los celtas, por su parte, la conocían como la luna de los caballos. Pero incluso entre los nativos americanos, los nombres eran diferentes según su cultura local y su entorno.

La luna de fresa debe su nombre a las tribus de EEUU por ser la época de la fresa salvaje

Por ejemplo, los indios Cheroquis la llamaban la Luna del grano verde, dado que era la época en la que crecía. Los indios navajos la llamaban la Luna de la siembra. Mientras que los indios Tlingit, que vivían en la costa noroeste del oceano pacífico, la llamaban la Luna del Nacimiento. Por último, no podemos olvidarnos de los musulmanes. Para ellos esta luna también tiene un significado especial, puesto que sucede en el mes del Ramadán.

Mientras las culturas del hemisferio norte le daban nombres asociados al verano, al bueno tiempo y a la abundancia, en el hemisferio sur la situación era diferente. Por ejemplo, en Nueva Zelanda, los maoríes la definían como una luna propia del invierno, cuando todo en la Tierra está encogido por el frío. En definitiva, como habrás visto, cada cultura tiene una relación diferente con nuestro satélite. Pero en todas hay un patrón común: nuestra fascinación al observar a esa compañera silenciosa de nuestro planeta.